Mesa redonda

El supuesto dilema entre tecnología y medio ambiente: condenados a entenderse

El supuesto dilema entre tecnología y medio ambiente: condenados a entenderse

Mesa redonda organizada por la Sección de Ingeniería junto al Instituto de la Ingeniería de España y coordinada por la Dra. Dª. Yolanda Moratilla Soria.

Intervienen:

Dr. D. Antonio Bascones Martínez
Presidente de la Real Academia de Doctores de España

Dr. D. Carlos del Álamo Jiménez
Presidente del Instituto de la Ingeniería de España
Moderador

Dr. D. José Mª Martínez-Val Peñalosa
Académico de Número y Presidente de la Sección de Ingeniería de la Real Academia de Doctores de España
La tecnología y sus culpas

Dra. Dª. María Jesús Rodríguez de Sáncho
Directora del Centro de Estudios y Técnicas Aplicadas del CEDEX 
Las aportaciones del medio ambiente

Dr. D. Antonio Serrano Rodríguez
Presidente de FUNDICOT
Cambio climático

Dr. D. José Luis de la Fuente O´Connor
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales/Universidad Politécnica de Madrid
Soluciones de tecnología a la crisis del cambio climático


LUGAR: Biblioteca Marqués de Valdecilla. Noviciado, 3
FECHA: Miércoles, 28 de noviembre, a las 18.30 h

RESUMEN

El hábitat del ser humano corresponde a la superficie del planeta Tierra, en la que confluye la parte mineral sólida, ocupada mayoritariamente por vegetación; el agua líquida, congelada en algunas zonas; y la atmósfera, que es un autentico regalo para nuestra vida, pues contiene oxígeno, sin el cual no habría podido desarrollarse la vida animal como lo ha hecho.
Dada la voracidad del O2 por oxidar a otros elementos químicos, esa existencia parece antinatural. Y efectivamente se debe a un fenómeno singular: la reducción fotosintética que se realizó masivamente en la Era Primaria, en la que el altísimo contenido de CO2 atmosférico, de aquel entones, se escindió en sus componentes: el C se fijó en los vegetales (que poblaron la Tierra) y el O2, que volvió a la atmósfera, donde ocupa un 20% del volumen, aproximadamente.
En la atmósfera se da otra circunstancia singular, de no pequeña relevancia: la existencia de moléculas con tres y más átomos, como el CO2, ya mencionado, más el vapor de agua, H2O, que es uno de los agentes fundamentales del clima (y sus catástrofes). Esas moléculas son las culpables del efecto invernadero, crucial para explicar las variaciones meteorológicas y climáticas. Las citadas moléculas retro-dispersan la radiación infrarroja lejana que emite la superficie terrestre, produciendo un incremento de la intensidad radiante en todos los sentidos, lo cual conlleva un notorio incremento de temperatura, más aumento de evaporación, y aumento de gradientes de presión, y por ende, mayores velocidades de viento.
Sin el efecto invernadero natural, causado sobre todo por el vapor de agua, la temperatura media de la superficie del planeta estaría 33 ºC por debajo de la que tenemos, y en vez de 15 ºC estaríamos a -18 ºC. Gran parte de los mares estarían helados, su nivel quedaría 100 metros por debajo del actual, y la tierra firme estaría cubierta de hielo prácticamente hasta los trópicos.
La 1ª Revolución Industrial, fuertemente basada en el carbón como combustible, en cierto modo empezó a revertir el proceso de la Era Primaria, devolviendo a la atmósfera una parte (verdaderamente ínfima, pero significativa para el inventario actual) del carbono fijado en el Cámbrico, en el Carbonífero, etc.. A ello han de unirse las fugas de moléculas “industriales” tales como CH4, SF6 y otras más.
Si esa emisión adicional de moléculas de efecto invernadero produce un incremento de dicho efecto en un 10%, de manera grosera, pero con proximidad conceptual, podría decirse que su valor en temperatura pasaría de 33 a 36ºC, y la media de nuestra superficie terrestre no sería de 15 sino de 18; lo cual no dejaría indiferente al clima, ni a los fenómenos meteorológicos.
¿Y que cabe esperar de la Tecnología, que en cierto modo es la causante de este efecto invernadero amplificado?. Lógicamente, que cambie, que aporte nuevas máquinas y nuevos procesos, con los que se minimicen las emisiones de todos los cases con GWP (Global Warming Potential). Un ejemplo señero de esta realidad es el Vehículo Eléctrico, incluyendo en ello todo el ciclo de vida, pues la emisión de CO2 por km bajará de más de 100 g/km, a menos de 20, si la electricidad se genera entre renovables y gas de ciclo combinado.
En esta presunta confrontación entre ecología y tecnología, se espera poder explicar los primeros pasos para entenderse, por ser indispensable llegar a objetivos comunes.