España necesita saber qué formación profesional quiere y armonizar los diversos modelos autonómicos

España necesita saber qué formación profesional quiere y armonizar los diversos modelos autonómicos

· Miembros de la Real Academia de Doctores de España y sindicalistas participaron en la Jornada “Empleo y formación profesional”, dentro del ciclo de reflexión sobre la educación española 
· María Dolores Santillana Vallejo, secretaría de Empleo y Cualificación Profesional de CCOO: “El mercado y las ocupaciones van por un lado, y la formación va por otro”
· La UGT quiere un modelo español de FP dual que se acerque al vasco y determine que el alumno es un trabajador de pleno derecho, según Sebastián Pacheco Cortés, Secretario de Formación del sindicato
· El académico Morales-Arce planteó la necesidad de un gran pacto por la educación para mejorar el rendimiento educativo e impulsar el aprendizaje hasta los 25 años y la formación permanente
· Las competencias educativas deben ser de la administración central del Estado, y las comunidades autónomas podrán incorporar sus valores históricos, lingüísticos y tradicionales, propuso el doctor Ignacio Buqueras y Bach

Pie de foto.- Sebastián Pacheco, Rafael Morales-Arce, Antonio Bascones, Ignacio Buqueras y María Dolores Santillana.

MADRID (30-01-18).- España necesita saber qué formación profesional quiere tener y cómo armonizar los diversos modelos autonómicos establecidos en estas enseñanzas. Hoy, “como todo vale, hay empresas en las que coinciden a la vez chavales que vienen de la FP dual reglada a hacer prácticas sin cobrar; chicos que vienen de la FP dual autonómica con un contrato de formación y cobran; los que vienen de la FP reglada para hacer prácticas de grado superior o medio o los que vienen de la universidad, como becarios, de los que unos cobran y otros no. Hay que poner orden”, afirmó María Dolores Santillana Vallejo, secretaría de Empleo y Cualificación Profesional de CCOO, durante la Jornada “Empleo y formación profesional”, segunda de las organizadas para reflexionar sobre la educación por la Sección de Humanidades, de la Real Academia de Doctores de España (RADE), que reunió a académicos y sindicalistas.

Para CCOO, prosiguió Santillana, “la red de centros públicos tiene que integrar la FP reglada con la FP para el empleo. Muchos de estos centros no se explotan adecuadamente, lo que permitiría impartir otra oferta formativa y especialidades que no se ofrecen. El mercado y las ocupaciones van por un lado, y la formación va por otro”.

Sebastián Pacheco Cortés, secretario de Formación de la UGT, señaló que su sindicato quiere un modelo español de FP dual que, al armonizar los diversos sistemas que están aplicando las comunidades autónomas, se acerque al modelo vasco y determine si el alumno de esta modalidad es becario o trabajador, como en los modelos alemán, austríaco o suizo. “Nosotros consideramos que deben ser trabajadores de pleno derecho, con la inclusión de un nuevo sistema de representación de aprendices”, agregó.

La formación profesional, mal vista

Los dos portavoces sindicales coincidieron en que la formación para el empleo tiene que orientarse a los nuevos puestos de trabajo, las necesidades de las empresas y la reinserción de los desempleados. Por su parte, Santillana se mostró de acuerdo con intervenciones de asistentes en que la formación en oficios ha estado mal vista y se optó porque todo el mundo fuera a la universidad, aunque, “afortunadamente, ya no se está viendo así”. 
Para encuadrar el objeto de la discusión, el académico de número de la RADE Rafael Morales-Arce Macías citó algunos datos: España tiene un 16,5 por ciento de desempleo, responsable del 80 por ciento del aumento de la desigualdad. La elevada tasa de temporalidad en el mercado de trabajo es causa directa de la escasa cualificación profesional y la baja productividad. Junto a Grecia e Italia registramos, en noviembre pasado, los mayores índices de desempleo de menores de 25 años, por encima del doble de la UE-28.

Una enseñanza descompensada respecto a Europa

En el curso 2016-17, frente a casi 1,6 millones de estudiantes universitarios (50,28 por ciento de la población entre 18 y 25 años), había 8,2 millones de alumnos no universitarios, de los que ochocientos mil, un 10 por ciento del total, cursaban FP. En 2014, un 29,2 por ciento de alumnos españoles iba a la FP, y el 53,5 a la educación general, distribución claramente descompensada respecto a la media de la OCDE (45,7 y 54), la UE-22 (50 y 49,4), Alemania (42,7 y 47,8), Italia (56,3 y 37,7) o Portugal (56,5 y 41,2).

El mayor número de alumnos españoles de FP cursa las especialidades de administración y gestión y actividades de salud y socioculturales, con el 52 por ciento. Comercio, hostelería y turismo suponen un 15 por ciento, desproporcionado con la aportación del sector servicios a la economía nacional. Electricidad, electrónica y mecánica agrupan otro 15 por ciento, insuficiente para el desarrollo esperado en los modelos de producción en los próximos años. Finalmente, con un exiguo 3 por ciento se sitúan los sectores textil, transporte y seguridad.

En 2015, frente a la media europea de un 11 por ciento de abandono escolar, España iba en cabeza con un 20 por ciento, seguida de Italia (14,7), Portugal (13,7), Reino Unido (11), Alemania (10,1), Francia (9,3) e Irlanda (6,9). Las tasas de abandono son inferiores a la media nacional en País Vasco (9,7), Cantabria (10,3), Navarra (10,8), y la superan en Ceuta y Melilla (26,9), Baleares (26,7), Andalucía (24,9) y Extremadura (24,5). En cuanto a la FP dual, implantada en España en 2012, solo ha llegado a unos 24.000 alumnos, concentrados en casi novecientos centros y diez mil empresas, que suponen un reducido 3 por ciento de estudiantes totales de FP, frente al 60 por ciento de Alemania. Mientras tanto, años atrás, entre ciento diez mil y ciento veinte mil españoles recibieron ofertas de trabajo que no pudieron aceptar por falta de cualificación profesional, y se autorizó que las cubrieran profesionales de otros países.

La automatización condicionará la formación

Según el ponente, para quien no se van a recuperar los empleos perdidos con la crisis, en los próximos diez años se espera que un 45 por ciento de los trabajos estén automatizados, lo que condicionará los programas formativos. Un 47 por ciento de esos empleos requerirá una elevada tasa de movilidad geográfica, que justificará una FP a la medida de esas necesidades, y tendrán gran importancia los trabajos derivados de la sociedad del conocimiento, la inteligencia artificial y la robótica, el márketing digital, la gestión de las distribución en macrotiendas, el avanzado y eficaz control financiero, el desarrollo de la informática y las comunicaciones, entre otros campos de actividad.

Morales-Arce planteó la necesidad de un gran pacto por la educación para mejorar el rendimiento educativo e impulsar el aprendizaje, al menos, hasta los 25 años, y la formación permanente. Con un buen sistema de evaluación nacional, que sustituya a las territoriales. Que se compatibilice la formación escolar con la intensiva, acelerada y adaptada al puesto de trabajo, combinando formación técnica con conocimiento humano. Y se logre un sistema de contratación sencillo y flexible, en el que los contratos temporales sean para trabajos temporales. En resumen, que se formen personas versátiles, adaptables y móviles desde el punto de vista ocupacional.

Para Ignacio Buqueras y Bach, académico de número y presidente de la Sección de Humanidades, “la educación es la asignatura pendiente que en estos cuarenta años de democracia España y los españoles no han sabido aprobar”. La enseñanza debería abordar temas como: el ser español, el valor y la proyección del idioma español, la necesidad de valores, la importancia de la familia y la vía para salir del invierno demográfico que estamos viviendo, sin descuidar una enseñanza de calidad que permita una excelente profesionalidad adecuada a los tiempos.

Las competencias educativas deben ser de la administración central del Estado, continuó Buqueras, en lo que también coincidió el presidente de la RADE, Antonio Bascones Martínez, al cerrar la sesión. Las comunidades autónomas podrán incorporar sus valores históricos, lingüísticos y tradicionales. Para lograr estos objetivos, debería ser la sociedad civil, fundaciones, asociaciones, ONG y asociaciones de padres, profesores y alumnos, la que proponga un proyecto educativo que obtenga la firma de millones de españoles con una campaña bien estudiada. Se deberá crear, además, el marco adecuado para que surjan nuevos puestos de trabajo que solo pueden crear empresarios y emprendedores, con empleos de calidad y estables, y las empresas deberán tener presente la responsabilidad social, la lucha contra la corrupción, la protección del medioambiente, la igualdad y la conciliación. Todo ello con horarios más humanos y europeos, y la máxima presencia de la mujer en el trabajo.