El Studium Generale de Alcalá, creado por Sancho IV en 1293, antecedente histórico de la RADE

Una obra del doctor Eugenio Ull i Pont sitúa el origen de las universidades Complutense, Central y Alcalá y de la Real Academia de Doctores de España en el centro fundado por el rey de Castilla

El Studium Generale de Alcalá, creado por Sancho IV en 1293, antecedente histórico de la RADE

La Real Academia de Doctores de España (RADE) ha presentado el libro de su Académico de Número Eugenio Ull i Pont, titulado Del studium generale de Alcalá a la Real Academia de Doctores de España. 1293-2017, que remonta setecientos años atrás los orígenes de las universidades conocidas como cisnerianas: Complutense, Central y de Alcalá y, consecuentemente, de la propia RADE.

Al abrir el acto de presentación, el Presidente de la corporación, Jesús Álvarez Fernández-Represa, señaló que el autor del libro lleva 40 años en la RADE, donde ha desempeñado diversos cargos: Vicepresidente y Secretario de la Sección de Derecho, miembro de la Junta de Gobierno, Bibliotecario y Secretario General. Siempre ha tenido enorme interés por la historia de la institución, sobre la que ya escribió Claustro Extraordinario de Doctores: La Real Academia de Doctores de España, y, consecuencia de su trabajo de investigación de los tres o cuatro últimos años es este libro, cuya edición ha patrocinado la Fundación Juan-Miguel Villar Mir. Por todo ello, terminó Álvarez, la RADE se enorgullece de tener a Ull i Pont entre sus miembros.

Juan-Miguel Villar Mir, Académico de Honor de la RADE y miembro del Patronato de su Fundación Liberade, que además pertenece a otras tres reales academias, manifestó al iniciar sus palabras que estas entidades tienen, al igual que las universidades, tres obligaciones: enseñar, investigar, y comunicar. La última de ellas, prosiguió, encaja muy bien con el libro de Ull, ya que no es mucho el tiempo que dedicamos a conocer los antecedentes de las reales academias ni de las universidades.

Agregó Villar Mir que no conocía a Ull, por no haber coincido con él en su época de mayor actividad, pero, después de haber tenido la oportunidad de conocer el contenido de su libro acogió su propuesta de editarlo a través de su fundación, con la que dedica el 0,7 por ciento de los beneficios de sus empresas a fines culturales, entre otros. Y concluyó recomendando a los asistentes que lo lean.

Un origen histórico común

María Nagore Ferrer, Vicerrectora de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, de la Universidad Complutense, mostró su satisfacción por la oportunidad que le había brindado sustituir a su rector, Carlos Andradas, que no pudo acudir al acto, para sumergirse en este libro interesantísimo en el que ha descubierto que el origen común de las dos universidades cisnerianas hermanas, Complutense y Alcalá, va más atrás del cardenal Cisneros, del que se conmemora actualmente el 500 aniversario de su muerte, y llega hasta Sancho IV, el Bravo, de Castilla, en el siglo XIII, así como la vinculación que existe entre las instituciones universitarias y la RADE.

Agregó la Vicerrectora que el traslado de la universidad cisneriana a Madrid, en 1836, para constituir la denominada Central, se encontró con bastantes problemas y dificultades, ya que los documentos de la época “consideraban que la capital era un foco de dispendios, diversiones y corrupción de costumbres”. La Central, que era la única que en principio otorgaba el grado de doctor, llegó a contar con un 40 por ciento de los universitarios de toda España, al acoger a 2.400 alumnos de los 6.000 existentes en todo el país; algo muy lejano del millón cuatrocientos mil estudiantes actuales.

Nagore finalizó su intervención proponiendo que las universidades huyan de su tendencia a una endogamia que les lleva a competir por conseguir más alumnos que las demás y al delirio de los ránquines. “Lo importante es que colaboremos para crear cultura e impulsar el avance del conocimiento, para hacer de España una nación que destaque por su nivel cultural e investigador; y conocer nuestra historia nos ayudará a ello”.

En el 40 aniversario de la Universidad de Alcalá

Se conoce muy poco del Studium Generale, apuntó el Rector de la Universidad de Alcalá de Henares, Fernando Galván Reula, tras calificar la obra de Ull de amena, didáctica y bien documentada. Sabemos, continuó, que Cisneros se formó en aquel Studium antes de ir a Salamanca y Roma. Cuando volvió a Castilla, fue capellán de la catedral de Sigüenza y tuvo mucha relación con la Universidad San Antonio de Porta Coeli, creada en 1489, en aquella ciudad; diez años antes de la bula del papa Alejandro VI, que permitía crear la Complutense en Alcalá.

Hasta su cierre, en 1824, San Antonio de Porta Coeli mantuvo una estrecha relación con la universidad cisneriana, y aquella vinculación histórica entre Guadalajara y Alcalá se reanudó cuando volvieron ocuparse los edificios universitarios alcalaínos en 1977, con la fundación de la Universidad de Alcalá. La edición del libro, indicó el Rector, resulta muy oportuna al coincidir, no solo con el quinto centenario de la muerte del fundador de la Complutense, sino también con el cuarenta aniversario del reencuentro de Alcalá con los estudios universitarios.

Galván resaltó que su institución es la única universitaria galardonada con la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por la preservación de un patrimonio monumental y cultural; y destacó que las dos universidades cisnerianas han tenido una brillante proyección en América desde el siglo XVI. La primera universidad americana, la actual Autónoma de Santo Domingo, se instauró tomando como base las constituciones de la institución alcalaína, fenómeno que se repitió en el resto de países hispanoamericanos. Actualmente, dijo, las dos universidades madrileñas gozan de extraordinario prestigio y mantienen solidas alianzas con las instituciones de aquel continente. Terminó Galván agradeciendo al doctor Ull que haya puesto de relieve este legado en su obra.

Mayor colaboración entre la RADE y las universidades

El autor, que al tomar la palabra advirtió que había pensado no intervenir, pero finalmente quería decir algunas cosas, subrayó que la magnífica presentación del libro se debía a otra persona, en alusión al doctor Villar Mir, y agradeció la actitud de algunos compañeros de la academia que estaban dispuesto a contribuir, si hubiera sido necesario, a la edición de la obra. Sobre el tamaño de la tipografía, que ya había apreciado María Nagore, dijo que había buscado una letra que hiciera asequible la lectura, y, a continuación, dio las gracias a la persona que había librado el texto de toda incorrección ortográfica. Del contenido, siguió Ull, le había preocupado “llegar a todos con la claridad de la lengua española, que bien dicha, ya nos ilustra con la elocuencia de su vocabulario”. Por ello, el volumen está escrito con palabras sencillas y frases cortas.

Tras asegurar que había querido ser cuidadoso con las citas que le han sido regaladas con otros, relató que en la parte relativa al periodo inicial del privilegio concedido por Sancho IV, retiró el capítulo que ya tenía escrito, para sustituirlo por el que le había cedido Santiago Aguadé, profesor emérito de Alcalá, especialista en la materia.

Expresó Ull su deseo de que las dos universidades presentes y la RADE tengan mayor colaboración, y sean impulso y estímulo para otros sectores de la vida española, en el objetivo de ayudar al progreso general. Y todo ello abierto a colaborar con otras instituciones. Firme europeísta, aludió al momento que vive Europa para asegurar que va desorientada y camino del fracaso, porque se ha subvertido la idea inicial: “Es una Europa que va por derroteros burocráticos que no llevan a nada positivo”. Sobre el quinto centenario de Cisneros, sugirió que quizá mereciera un acto conmemorativo, para el que todavía hay tiempo, puesto que su muerte se produjo el 8 de noviembre de 1517.

Finalmente, explicó que quiso que constaran en los apéndices del libro la Fundación Villar Mir y los Estatutos de la RADE, pero no el Reglamento porque, en su opinión, necesita una revisión, aunque también los Estatutos pueden necesitarla. Se mostró opuesto al ingreso de la RADE en el Instituto de España, por el carácter pluridisciplinar de esta academia, y concluyó propugnando la colaboración de esta corporación con la UNED, en cuya fundación intervino él mismo.

Cerró el acto, el Presidente de la academia, quien puso de relieve la estrecha relación de la corporación con las tres universidades presentes en la sesión: Complutense, Alcalá y UNED; dio las gracias al doctor Villar Mir por su contribución al libro, e instó a todos los académicos y, en especial, al Bibliotecario, a sacar a la luz que la mayor parte de la intelectualidad española ha pertenecido a esta institución, como prueban las fichas que guardan los archivos de la RADE, al objeto de completar el trabajo del doctor Ull, con el que la academia está en deuda por su obra.